Prevenir mejor que curar: peluquería canina

enero 03, 2013



El manto correcto del pekinés debe empezar por un pelo abundante, sano, brillante y sí, también espectacular. Si el manto no está aseado, limpio y ventilado, la salud del pekinés se ve muy mermada, ya que empiezan problemas de picores, eccemas, e incluso heridas. Los nudos y los picores pueden provocar que el perro se ponga triste, apático, o incluso de mal humor. Los comportamientos más típicos son rascarse donde llegan, ya sea con las patas traseras o con la boca, como si tuvieran pulgas. Esto se debe a que la piel del pekinés es bastante delicada y un manto no cuidado es realmente molesto para ellos. Y no hay que pensar que todo se soluciona con un corte de pelo, realmente no es tan simple, ya que un corte a máquina provoca en muchos casos molestos picores, deja al perro sin protección ante el frío suelo, y le hace perder gran parte de su encanto único. Por otro lado las sesiones de peluquería, cuando se realizan habitualmente y sin encontrar problemas de nudos, se convierten en un placer para el pekinés, que muchas veces hasta reclama con insistencia sus cepillados. Les encanta cómo les masajea el cepillo, y que el pelo quede suelto, aparte de que ellos entienden estas dedicaciones como puras atenciones de sus dueños. Si se termina la sesión con alguna chuche, se ponen realmente contentos, y suelen gustar de correr por toda la casa enseñando a todo el mundo lo guapos que están. Por todo esto no cabe la menor duda, un hermoso y abundante pelaje no solamente es bonito de ver y agradable de acariciar, puede ser además una fuente de satisfacciones para el perro y su dueño, incluso convirtiéndose en una actividad más de unión entre ellos.

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