Cuándo lavar al pequinés

enero 03, 2013

Cepillado de un pequinés de exposición
Puede ser algo obvio, hay que lavarlo cuando huela mal, es decir cuando esté sucio.

Bañar con demasiada frecuencia tampoco es bueno. Bañar cuando no es necesario, es decir, siempre que tras un acicalamiento adecuado y más profundo usando por ejemplo limpieza en seco con polvos de talco, o harina de maíz (maizena), el animal sigue sucio. Muchas de las veces que se baña se podrían evitar simplemente con un buen lavado en seco que consiste en cepillar el pelo y una vez cepillado echar polvos (de talco, harina, o talco y bicarbonato) por el cuerpo, y luego volver a cepillar, lo que hace que mucha suciedad y exceso de grasa salga con los polvos. La unión de cepillados diarios, y más profundos cada 2-3 días, con un lavado de zonas sucias (faldones y áreas del pipí) y la limpieza en seco cada semana, realmente mantienen un perro hogareño limpio. 

De todas formas quizás lo más importante sea recordar que un baño no sustituye a un cuidado de cepillados diarios, si no más bien puede empeorar todo si no se hacen las cosas bien. Esto es debido a que cada vez que se baña se agrede al pelo, que como la lana de las ovejas, sufre un proceso de pasar a fieltro, al mojarse y restregarse con el jabón, que luego hay que “cardar” para volver a abrir, exactamente igual que si fuera lana de ovejas. En ese proceso se pierden aceites que protegen el pelo, la famosa lanolina procede de la lana de las ovejas y es la que cuida de que la fibra del pelo se mantenga lisa y no porosa. Por eso al lavar se infringe un gran daño. Si se parte de un perro sin nudos, será más fácil, pero aún así el pelo se afieltra y se deteriora.

Lo ideal es limpiar cada varios días las zonas sucias, las de pecho, orejas, manos y faldones sobre todo, dejando a un lado y sin lavar el cuello, espalda y rabo. Es decir se lava solamente lo que está sucio, el resto se deja. Primero se debe cepillar todo el pelo, lo que hará que mucha suciedad se caiga sola, luego se lava con un champú suave e hidratante a ser posible, y se deja un bálsamo o mascarilla al final, que dependiendo del producto hay que enjuagar o no. Cuando aún con estos cuidados el perro continua estando sucio, o huele, entonces sí, ese es el momento de bañarlo, aunque hay que prepararse con paciencia, porque sobre todo el secado con cepillado requiere un buen rato y no vale con dejar al perro que se seque solo, o poner el secador al máximo. La clave como siempre, es cepillar y cepillar hasta tener todo el pelo suelto y ser capaz de introducir los dedos en el pelo desde la misma raíz, cerca de la piel, y poder sacarlos levantando la mano hacia las puntas. Así es como debe estar el manto. Se debe secar siempre con secador que sea de la mejor calidad posible (cerámico y con iones por ejemplo), a ser posible no a temperaturas altas. A medida que se seca se va cepillando combinando la carda y el cepillo. El truco es con la mano izquierda sujetar el secador, moviendo el chorro de aire de forma constante para que no queme, y sobre esa zona donde incide el aire, cepillar primero con el cepillo de púas y luego con la carda.


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